Retractos # 17: “Ádzara”
Si los datos recibidos hasta el momento, y que reunían
información de décadas de trabajo eran correctos, entonces el pequeño planetita
de Lodorfit, sería poblado.
Ádzara,
no la más joven, pero sí perteneciente a la generación más joven de hembras que
tripulaban aquella nave peregrina y bruñida por tormentas de todo tipo, estaría
a cargo de la decisión.
-Nuestros científicos fueron incapaces de interpretar los
datos por ellos mismos reunidos, decantando cifras y posibilidades en un
entrevero de conspiraciones que satisfaga su ego y avalen en la inmortalidad
sus supuestos descubrimientos. –Dijo la joven Ádzara,
jefa de mantenimiento y sanidad de la nave.
No hubo objeciones, y
la plena del aparato científico permaneció muda, estéril en conclusiones y sin
atisbo alguno a aventurar posibles desenlaces.
-Lodorfit, -continuó, -presenta
extrañas partículas que sugieren su volátil condición, partículas brillosas y fragmentadas de forma arbitraria. No tenemos
datos fiables sobre las mismas. Todo lo que hace a su ambiente, temperatura y
gravedad, lo hacen posiblemente habitable. Pero no es hacia allí que nos
dirigiremos.
El murmullo invadió
la sala y paralizó al grupo científico que quedó congelado frente a tal
afirmación. Los comandantes de las secciones de represión y combate, atónitos,
miraban hacia un lugar y otro, absolutamente estupefactos, intentando descifrar
en la electricidad del ambiente el significado de aquellas palabras.
-Nos dirigimos a Karima 203. Los
comandantes de la nave ya han sido informados de tal decisión, y en breve,
todos comprobarán lo que digo cuando la velocidad y dirección de la nave
contradiga esta quietud abstracta que padece de insomnio y nos obliga a
deambular como muertos en vida.
-¡No se puede ir a Karima, no
reúne condiciones que la hagan medianamente habitable! –Gritó uno de los
oficiales de laboratorio.
-¿Qué significa “medianamente habitable”? –Respondió con voz
ronca Ádzara.
-Me refiero a que no tenemos prácticamente ningún dato sobre
este gigantesco planeta, que supera a Lodorfit en más
de mil veces su tamaño. Sólo, además de este dato, sabemos que queda tan lejos
que apenas nos permitiría llegar a él, sin reservas de ningún tipo si en la
eventualidad se tuviese que activar una huida sorpresiva.
-¡Pues no existen las eventualidades ni supuestos en este
viaje! ¡No se admite nada que sea medianamente habitable para nuestras crías!
Iremos a Karima porque la trascendencia de vuestros
datos y conclusiones mediocres nos sigan condenando a este calvario sin rumbo y
enloqueciéndonos a cada segundo más y más. ¡Nos vamos a Karima,
les guste o no a ustedes, coleccionistas de gráficas desteñidas y estadísticas
de polvo! –Esta vez el grito de Ádzara se impuso de
tal forma que las armas, a un lado y en arneses de los militares, tomaron las
cualidades decorativas de cualquier objeto.
-¡Ádzara! – Gritó uno de los más
veteranos integrantes del cuerpo científico,- Ádzara,
será respetada esta tu decisión, pero como inquieto e inoportuno perseguidor de
explicaciones y obstinado develador de misterios, te
pregunto con el mayor de los respetos y admiración por tu determinación: ¿por
qué Karima?
-Porque percibo que allí se engendra vida, y los datos que
puedan justificar tal afirmación no se aprecian con lentes ni sondas. En Karima 203 se nutre nuestra esperanza de vida, protección y
desarrollo al amparo de lo que se conoce como amigable y que deseamos encontrar
allí. Hasta el momento ni uno solo de los planetas visitados tuvo estas
características, a pesar de que reunían en su estructura todos los componentes
de los parajes acogedores y generosos, a pesar de que así se registraron en
miles de informes e investigaciones. Vamos a Karima
203 porque ha llegado la hora de interpretar al universo de forma distinta a la
que ustedes han encasillado y catalogado, ese poder de interpretación no les es
accesible, ni lo encontrarán en ningún escrito antiguo olvidado o escondido
entre vasijas y extraños calendarios metálicos; ese poder lo desconocen porque
no son hembras. Por otro lado, se te debelará a vos y a cada uno de nosotros lo
nuevo y desconocido, y sea entonces hora de apreciar y descansar, después de
tanta persecución inconexa y obsesiva detrás de explicaciones sin sentido.
RV 2016
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