2017 Postales del Ark # 01: "Arkal Trémolo"
Adentrándose entre la
espuma y cúspides de agua helada, entre reflejos sinuosos a la espera de golpes
de luz que desde las nubes partan la imagen, el Trémolo corta los mares dejando
atrás el silencio. Alguien lo tripula y pocos creen en quienes los han visto,
tampoco nadie ha tenido un acercamiento menor a las cuarenta millas, es solo un
viajero que a esta altura podría entenderse un pájaro en vuelo rasante y sin
destino. Las tormentas y noches infernales le han dejado paso ignorándole, a la
espera de otros navíos a los que puedan infundir terror o mandar a pique sin
piedad, pero al Trémolo se le considera parte de los océanos, un
desprendimiento accidental de alguna ola suspendida en el tiempo y varada en la
memoria de quienes navegando fueron interceptados por la masa cristalina que
desgarró el cielo en el horizonte. Simplemente me agito al saberlo navegando,
escorado por vientos terribles que sumergen vergas al acostarlo con brutal
violencia... El mar, las aguas no están empeñadas en hacerse de él ni acunarlo
entre corales o piedras abismales, no hay intención de dormirlo en el fondo de
arena para ser abrazado por plantas ni ser morada de monstruos temerosos de la
luz. Lo pienso y también lo sueño. En el ejercicio de invocarlo, me encuentro
sobre su cubierta y la similitud entre las tareas del marinero y el camino que
recorro para viajar en él me impregnan de su verdadera travesía: la de ignorar
un destino. Han pasado más de cien años desde que se perdió rastro del Trémolo,
y son solo minutos los que sentencian su avistamiento. Si por algún motivo verdaderamente increíble
pudiese verlo entrar en una bahía, sumiso escudriñando un tímido lugar en un
puerto, entonces del mar habré perdido todo significado, y más que correr al
muelle donde percibir sus cicatrices o señalar rostros de hombres con mirada de
pez, estaré corriendo por túneles de agua para despertar de la más triste
pesadilla.
RV 2017
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